Ingredientes:
Leche entera: 1 litro
Azúcar: 250 gramos
Bicarbonato de sodio: 1/4 de cucharadita (opcional, ayuda a prevenir que la leche se corte)
Instrucciones:
Preparar los ingredientes:
Asegúrate de tener todos los ingredientes listos y medidos.
Usa una olla grande y pesada, preferiblemente de fondo grueso para evitar que la leche se queme.
Calentar la leche:
Vierte el litro de leche entera en la olla y caliéntala a fuego medio.
Remueve constantemente con una cuchara de madera para evitar que la leche se pegue al fondo.
Añadir el azúcar:
Cuando la leche esté caliente (pero no hirviendo), añade los 250 gramos de azúcar.
Continúa removiendo hasta que el azúcar se disuelva completamente en la leche.
Cocinar la mezcla:
Reduce el fuego a medio-bajo y deja que la mezcla de leche y azúcar hierva a fuego lento.
Remueve ocasionalmente para evitar que la leche se queme.
Este proceso puede llevar entre 1 a 2 horas.
Añadir el bicarbonato de sodio (opcional):
Si decides usar bicarbonato de sodio, agrégalo una vez que la mezcla comience a espesar. Esto ayudará a evitar que la leche se corte.
Remueve bien para asegurarte de que el bicarbonato de sodio se distribuya uniformemente.
Reducir la leche:
Continuar cocinando la mezcla a fuego lento, removiendo ocasionalmente.
La leche se irá reduciendo y espesando gradualmente.
Debes esperar hasta que la mezcla se haya reducido aproximadamente a la mitad de su volumen original y tenga una consistencia espesa y cremosa.
Verificar la consistencia:
La leche condensada estará lista cuando tenga una consistencia similar a la miel o el jarabe.
Puedes probar la consistencia colocando una pequeña cantidad en un plato frío. Si se espesa adecuadamente al enfriarse, está lista.
Enfriar y almacenar:
Retira la leche condensada del fuego y deja que se enfríe a temperatura ambiente.
Una vez fría, viértela en un frasco de vidrio limpio y seco con tapa hermética.
Almacena la leche condensada en el refrigerador. Puede durar varias semanas si se mantiene bien cerrada.
Paciencia: Hacer leche condensada casera requiere tiempo y paciencia. No apresures el proceso aumentando el fuego, ya que esto puede hacer que la leche se queme.
Evitar que se corte: Si notas que la leche comienza a cortarse (separarse), puedes intentar salvarla añadiendo una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio y removiendo bien.
Sabores adicionales: Si lo deseas, puedes añadir sabores como extracto de vainilla, canela, o incluso una pizca de sal para dar un toque especial a tu leche condensada.
La leche condensada es un ingrediente versátil que se utiliza en una variedad de recetas dulces. Aquí tienes algunas ideas:
Dulce de leche: Cocinando la leche condensada enlatada durante varias horas se obtiene un delicioso dulce de leche.
Postres: Se usa comúnmente en la preparación de flanes, pasteles, y helados.
Bebidas: Puedes añadir leche condensada a tu café o té para un toque cremoso y dulce.
Galletas: Muchas recetas de galletas incluyen leche condensada para una textura suave y masticable.
Hacer tu propia leche condensada puede ser un proceso gratificante y permite tener un control total sobre los ingredientes utilizados. ¡Disfruta de tu creación casera!